Bienvenidos a Galápagos

Al salir del avión caminamos por la pista y ahí sentí el primer golpe de calor galapagueño, qué sensación tan agradable, desde ahí supe que iba a pasar de maravilla esos tres días.

El primer golpe de calor galapagueño

Aisha cargando su pequeña maleta en la espalda nos seguía el paso a la mamá y a mí. Pasamos inmigración donde tuve que pagar el derecho a entrar al parque natural Galápagos que cuesta $50 USD para comunidad andina y ecuatorianos, para el resto de turistas del mundo el valor es de $100 USD y es gratis solo para los residentes. Yo me sentía como en Colombia, hablando el mismo idioma, claro con diferente acento, pero la gente súper amable en general. En este mismo sitio compramos el tiquete del bus, $6 USD.

De ahí salimos, pasamos nuevamente el equipaje de mano por el control de seguridad, fuimos a la banda y tomamos nuestro equipaje etiquetado y nos fuimos al paradero del bus.

Bienvenidos a santa Cruz

Puerto del canal de Itabaca

En este recorrido de diez minutos, el bus (Lorito) lo lleva a uno desde el aeropuerto de Baltra hasta el Canal de Itabaca que une la isla de Baltra con Santa Cruz. Una vez en el canal nos bajamos del bus y seguimos derecho al embarcadero donde están los botes que cruzan el canal por $1 USD. Del equipaje se encargan los fleteros de bus y los ayudantes del bote, los turistas solo nos preocupamos por tomar fotos y ponernos el chaleco salvavidas. El paso en bote es de cinco minutos y la vista era increíble y el día no podía estar más soleado.

En la Terminal de Santa Cruz

Al llegar a la terminal de Santa Cruz, aquí empieza la acción: los taxistas te ofrecen una carrera a puerto Ayora la capital de Santa Cruz, los buses de transporte público y los conductores de los buses de los tours vienen en busca de turistas.

Lavive y yo en la lancha habíamos conseguido un taxista que nos llevaba a cuatro personas por $25 USD a todos, lo cual estaba muy bien porque el pasaje en bus vale $5 USD. Al salir del bote, fuimos a reclamar el equipaje y el taxista con el que había,mos cuadrado el transporte había desaparecido. Como estaba haciendo mucho calor y no había donde resguardarse del sol que quemaba mucho, los cuatro pasajeros estábamos definiendo que hacer. De repente vino otro taxista, de nombre Olmedo quien nos infrormó que ellos salen por turnos de la terminal, y que el chico que nos había ofrecido la carrera estaba entre los últimos. Verdad o no, nosotros nos “torcimos” y nos fuimos con Olmedo. Me sentí un poco mal con el otro chico, pero para mí el tiempo era oro en la isla.

Los taxis son unas camionetas 4×4, blancas y en la parte de atrás llevan las maletas. En la primera cabina al lado del conductor iba una chica local que tarbaja en Santa Cruz; en la parte de atrás íbamos Aisha, Lavive y Bayron (que tiene familia en puerto Ayora, pero vive en Guayaquil y fue a trabajar por contrato unas semanas).

Aisha se sentó en mis pies y se quedó dormida al momento, seguro la venció el cansancio o la aburrí yo, hmm. El viaje duró solo 30 minutos, entre conversa y risas, se pasó muy rápido que quedé con la sensación que fue mas corto. El taxista hizo el servicio puerta a Puerta y Lavive fue la primera en bajarse en Bellavista donde ella vive, los otros tres pasajeros nos quedamos en Puerto Ayora.

Destino final Puerto Ayora

Llegué al hotel pasado el mediodía e hice check in, me dieron el cuarto inmediatamente, dejé el equipaje sin desempacar, tomé las llaves, la cartera, el celular y me fui a almorzar al puerto. Wow, la vista era tan mágica, ya verán en la foto.

Durante el almuerzo constaté que es verdad lo que dicen, que los animales están tan acostumbrados a la gente, que no les da miedo; tanto que un pajarito vino a picar en mi plato.

El hotel está ubicado a tres minutos caminando del puerto, muy buena ubicación, comida y atención. El personal del hotel y la gente en general muy amables, excelente atención al público. Obviamente cada que hablaba me decían eres colombiana, ¿ay, por qué será pues? tanto que al final del paseo me veían en la calle los del hotel y los de los tours y me saludaban “Hola Colombia”

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No se pierdan la tercera parte de esta andanza…